Mensaje Wiñoy Xipantu 2022 del Príncipe Federico I de Araucanía y Patagonia a la Nación Mapuche

Año Nuevo Mapuche – 24 de Junio, 2022

Marri marri pu Lonko,
Marri marri pu Machi,
Marri marri pu Werken,

Marri marri Kompuche.

Como todos los años me dirijo a ustedes en este año nuevo mapuche para expresaros todo mi afecto y mi más sincera felicitación. En estos años recientes os trasladé mis ánimos para enfrentar la terrible pandemia que ha asolado el mundo entero. Hoy me congratulo de que gracias al esfuerzo de todos, y en especial, al de todos los sanitarios de la sanidad pública que han estado en primera línea combatiendo el virus, la situación pandémica está ostensiblemente mucho mejor que en años pasados. Este esfuerzo colectivo sirva también como ejemplo de unidad ante las adversidades y sirva también para todo el pueblo mapuche como inspiración acerca de que los objetivos de un colectivo se pueden conseguir actuando de forma unida y solidaria.

En este sentido, se ha realizado un sustancial avance gracias a las vacunas. Deseo de todo corazón que el advenimiento de un nuevo gobierno en Chile y, porque no decirlo del gobierno Argentino, actúe como una vacuna que inocule un nuevo proceder sanador en la relación entre las instituciones y el Pueblo Mapuche.

Sin embargo, no causa una profunda decepción la decisión del gobierno chileno del presidente Boric de reintroducir el “estado de excepción” después de que en su campaña presidencial prometiera que no lo haría. Hoy gran parte del territorio ancestral de la nación Mapuche se encuentra fuertemente militarizada. Esta acción infringe normas de la declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas y el Convenio 169 de la OIT, en particular el relacionado con el derecho a la consulta previa, libre e informada que el estado chileno está obligado a respetar cuando se toman medidas que afectan a los pueblos indígenas. Aún más grave es la transgresión del Artículo 6, incisos a, b, c sobre genocidio del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional que estipula que “se entenderá por “genocidio” cualquiera de los actos […] perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso,” . La militarización del Wallmapu parece incidir en ese sentido, lo cual llevamos denunciando por un largo tiempo en dicho organismo internacional.

A lo anterior se suma la acción de la Cámara de Diputados de Chile que declara tres organizaciones mapuche como “asociaciones ilícitas de carácter terrorista”. Estas asociaciones reclaman justicia y la restitución de sus tierras ancestrales para vivir dignamente. Se les criminaliza por protestar pacíficamente y/o por boicotear aquellas empresas depredadoras que usufructúan los recursos de su territorio, destruyen el medio ambiente, crean el desabastecimiento de agua y arrasan los ecosistemas. Esta acción del parlamento chileno obstaculiza los planes del gobierno de querer establecer el dialogo con las comunidades y organizaciones para que permita crear un clima de paz y reconciliación con la nación Mapuche. En este sentido, celebramos la decisión del presidente Boric de incrementar los fondos destinados a la restitución de tierras a las comunidades mapuche.

El presidente Boric en su discurso del pasado 1º de junio comentó que durante su administración de gobierno le tocará conmemorar el 200 aniversario del tratado de Tapiwe celebrado entre el estado mapuche y el estado chileno, en el que las partes ratificaron el rio Bio-Bio como la frontera entre ambas jurisdicciones, frontera heredada de España por ambas repúblicas que estaban obligadas respetar.

Como sabemos, el Koyang tenía la facultad para elegir al Toki y éste la libertad para organizar su gobierno, tradicionalmente también tenía la potestad para decidir en tales asuntos.  Las instrucciones dada por el Toki Magñil era que todo estaba en la mesa de negociaciones, excepto modificar la frontera, instrucción transmitida por su emisario Lonko Mariluan, jefe de la delegación wicanche (misión diplomática) y que quedó reflejada en los artículos, 8, 18, 20, 22 y 30 del mencionado tratado.

En esta ocasión me voy a extender un poco sobre este tema para reiterar que la historia de la nación mapuche desde la formación de los estados de Argentina y Chile está escrita y transmitida por sus adversarios. Los eventos históricos fueron adaptados y relatados conforme a los intereses de dichos estados, justificando la ocupación del territorio y el genocidio de nuestro pueblo. Dicho esto, la mención del mandatario chileno tiene suma importancia porque nos señala una buena disposición tanto de las autoridades de gobierno como de la sociedad en su conjunto de enfrentar constructivamente los desafíos que esto envuelve y actuar acorde a la realidad objetiva de los hechos históricos.

Es importante enfatizar que al momento de la fundación del Reino de Araucanía y Patagonia el Koyang, o parlamento mapuche o como lo refiriere el Presidente Boric “antiguos parlamentos”, estaba integrado por representantes de los cuatro butalmapu, es decir representaba a los territorios de comunidades, pueblos y naciones de todo el Wallmapu, territorio que comprendían desde la Pampa/Patagonia por el Puelmapu (Argentina) y la Araucanía/Futawillimapu por el Gulumapu (Chile) al extremo austral.

Por lo tanto el Wallmapu incluía un territorio -sin fronteras- desde el Atlántico al Pacifico, que está registrado no solo en el mapa oficial de nuestro Reino, sino también en numerosos mapas de fuentes independientes de la época. También es importante recordar que dicho territorio también fue excluido en las constituciones originales de ambas repúblicas tras su declaración de independencia en 1810 y que posteriormente ratificaron en el Tratado de Paz, Amistad, Comercio y Navegación de 1855 (Artículo 39) y en el Tratado de Límites de 1881, firmado también por ambos países en el que las partes mencionan dicho artículo como la base de sus límites oficiales.

Fue dentro de esa realidad geopolítica y jurídica que el Toki Magñil convocó los días 14, 15, 16 y 17 de noviembre de 1860 el histórico Koyang para reformar el sistema de gobierno a los estándares internacionales de entonces.  La creación de un gobierno monárquico constitucional y parlamentario que eligió a mi antecesor el Rey Aurelio Antonio I como su soberano selló ante el derecho internacional la independencia y soberanía territorial de la nación Mapuche, de tal forma que al contrario de lo que afirman ciertos historiadores, el Reino de Araucanía y Patagonia no se creó ni en territorio chileno ni argentino, sino en territorio mapuche.

El reconocimiento de los hechos históricos hoy en día molesta a ciertos sectores con mentalidad retrograda y colonialista -muchos de ellos descendiente de aquellos que “llegaron en barcos” de otras latitudes, como bien lo señalara el presidente argentino Alberto Fernández-. Actualment se sienten más dueño de los territorios y de los recursos de los originales habitantes [pueblos indígenas] que han vivido ahí por miles de años. Para crear un clima de entendimiento y reconciliación es fundamental que la sociedad de ambos países pueda distinguir entre la ficción y los hechos históricos, entre la propaganda xenofóbica, racista y hasta chovinista de estos sectores que se oponen a la diversidad cultural.  El esclarecimiento de los hechos históricos debe abordarse en los sistemas de enseñanza para evitar innecesarias controversias causada por la ignorancia como es el caso sufrido recientemente por la Ministra del Interior Izkia Siches, que por reconocer el Wallmapu como una realidad concreta, se vio presionada y obligada a retractarse por los ignorantes de la historia, y a tener que pedir disculpas para evitar crear un “incidente” diplomático con la vecina república Argentina.  

La imposición de la cultura europea, incluyendo un idioma único, por los estados de Argentina y Chile, creó una falsa ilusión que la uniformidad cultural en ambos países había concluido. Pero, como sabemos, la asimilación cultural tuvo efectos transitorios y solo existió en la mentalidad colonialista de una elite política racista y segregacionista que hoy se expresa en aquellos sectores que se oponen, mediante una campaña del terror, a cualquier avance en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas.

Los mapuche fueron humillados, discriminados y hasta castigados física y psicológicamente en las escuelas por hablar su idioma milenario. Hoy día, tanto en el campo como en la ciudad, ya sea en Temuco, Neuquén u otras ciudades ubicadas en el territorio ancestral e incluso fuera de ella, los wallmapuwen (ciudadanos) de la nación mapuche agrupados en sus respectivas organizaciones y comunidades exigen con más vigor que nunca la oficialización del mapuzugun en todos los aspectos de la vida social, cultural, educacional e institucional, en particular en las regiones que componen su territorio ancestral. La rectificación de la historia de los pueblos indígenas y la implementación de una educación intercultural bilingüe desde la perspectiva de los pueblos indígenas fortalecerá la democracia y sentará las bases del respeto y entendimiento recíproco de los pueblos y naciones que hoy forman parte de ambos estados.

Finalmente, me gustaría hacer un llamado a los dirigentes del pueblo mapuche a esforzarse en la búsqueda del dialogo y en la solución pacífica de las controversias con ambos estados. No puedo dejar de comprender que la frustración por la falta de justicia, la represión, los allanamientos y asesinatos cometidos por personal de la policía y civiles, les hace pensar que no son tratados como ciudadanos con igualdad de derechos. No olvidamos la muerte en Galvarino de José Quintriqueo Huaquimil, quien fue atropellado dos veces por un tractor en el fundo Nilpe de propiedad de Juan Sutil, actual presidente de la Confederación de la Producción y Comercio, causándole la muerte. Y que a pesar de que el criminal fue identificado, el crimen sigue impune.  Situación similar sucede con el asesinato de Rafael Nahuel por la policía argentina, que también sigue impune a pesar que de que es de público conocimiento el nombre del policía que disparó contra el adolecente.

Son muchos los casos de mapuche que han sido cobardemente asesinados y hasta secuestrados y torturados, como le sucediera en 2016 al Lonko Victor Queipul de la comunidad Temucuicui, cuyos perpetradores siguen impunes. Todo ello nos hace pensar que en el Wallmapu la igualdad ante la ley no funciona. Sin embargo, son estos mismos elementos -como el latifundista Sutil- los que constantemente llaman a la militarización, exigen mano dura contra el “terrorismo” y piden la mantención del estado de excepción. Ellos saben que la represión será dirigida no contra los criminales sino contra los dirigentes y comunidades mapuche que reclaman sus derechos. Se quejan de que el estado de derecho en el territorio Mapuche no se respeta, pero son los que amparan al “comando Hernan Trizano”, que además es amparado por la propia policía, permitiéndoles actuar libremente en territorio Mapuche.

No cabe duda de que los mapuche confrontan un presente amargo. Pero como ya hicieron en los momentos más duros del pasado -durante los periodos de ocupación y genocidio- estoy seguro de que sabrán sobreponerse a las adversidades y pondrán todo su empeño –firme pero conciliador- para traer un cambio real en un futuro no muy lejano.

Desde esta institución que tengo el enorme honor de presidir pedimos respeto a la forma de vida y a las tradiciones ancestrales y que podamos encauzar un camino de reconciliación y amistad que traiga la justicia y el progreso a todos los territorios donde el noble pueblo mapuche lleva desarrollándose durante milenios.

Os deseo de corazón un feliz Wiñoy Xipantu.  K’me amupe Wiñoy Xipantu kompuche!


Federico I

Príncipe de Araucanía y Patagonia