Mensaje Wiñoy Xipantu 2020 del Príncipe Federico I de Araucanía y Patagonia a la Nación Mapuche

Año Nuevo Mapuche – 24 de Junio, 2020

 

Marri marri pu Lonko,
Marri marri pu Machi,
Marri marri pu Werken.
Marri marri Kompuche.

Hoy conmemoramos uno de los días marcados en el calendario de todos los que componen las celebraciones del Pueblo Mapuche y el de otros pueblos indígenas del Cono Sur, en el que se inicia un nuevo ciclo de nuestra Madre Tierra. En este día tan especial os deseo de todo corazón que todos los que formáis parte de este valeroso pueblo podáis ver cumplidos vuestros más íntimos deseos y aspiraciones.

Durante este corto periodo de tiempo al frente de esta institución que tengo el honor de presidir, no he dejado de recordar la difícil situación económica, política y social en la que os veis inmerso por culpa de la incomprensión y la falta de voluntad para solucionar vuestras cuestiones. Tengo especial interés en hacer entender que a pesar de la distancia soy perfectamente consciente de todos estos problemas y vicisitudes. En la medida de mis posibilidades tengo el firme empeño de ayudar en lo que pueda en cualquier aspecto de los muchos que os atañen. El Pueblo Mapuche ocupa mi pensamiento durante todo el año pero en estos días tan señalados quiero deciros especialmente que os deseo un feliz año nuevo Mapuche y que disfrutéis con júbilo de este espacio de celebración y encuentro familiar, dejando a un lado todo lo que os pueda preocupar y afligir.

En el inicio de este año confrontamos una de las pandemias más grande y destructiva en la historia de la memoria viviente y que está devastando a numerosas familias en el mundo y, obviamente, de la que el Pueblo Mapuche no está exento. Pero al contrario de otros estados que se empeñan en proveer una atención médica lo más óptima y equitativa posible a sus ciudadanos, el gobierno chileno hace dejación de funciones al abandonar a su suerte a las familias y comunidades mapuches empobrecidas. Las cuales, tras el saqueo de sus recursos naturales, se ven en un estado de extrema necesidad.

Como señalaba en mi mensaje anterior relacionado con la pandemia, nuestro pueblo se encuentra confinado y las autoridades chilenas, valiéndose de las normas de excepción utilizadas para contener el contagio del Covid-19, toma ventaja de la situación para utilizar a la policía militarizada y reprimir, aún más si cabe, a las comunidades mapuches que reivindican sus derechos humanos básicos, incluyendo sus derechos territoriales.

A las denuncias de quema de viviendas, allanamientos, torturas, insultos racistas, detenciones arbitrarias a sus moradores por parte de la policía, y demás actividades a la ya cotidiana y consabida brutalidad policial se suman la licencia de grupos armados, algunos identificados y otros no, que operan durante el dia o en la oscuridad de la noche. Esta actividad contraria a las más básicas normas de convivencia democrática opera bajo la protección de la policía y la complicidad de las autoridades.

Estos excesos policiales, que resultarían en un escándalo político en cualquier país medianamente democrático y civilizado, son fácilmente comprobables a través de los numerosos ataques ocurridos este año en diversas comunidades mapuches a ambos lados de la cordillera de Los Andes. Para nombrar solo algunos ejemplos: lof Buenuleo (29 de abril) y Lafken Winkul Mapu (21 de mayo) en el Puelmapu. La quema de 15 viviendas en los lof Azkintuwe (15 de enero) y la muerte del Werken Alejandro Treuquil de We Newen (4 de junio) en el Gulumapu, además del aborto de un bebe de 4 meses de Andrea Neculpan, la esposa del difunto,  tras un brutal allanamiento policial.

Hay que hacer notar que estos hechos suceden en plena pandemia bajo un estricto control policial y donde el monopolio de la fuerza y el control del libre tránsito lo tienen los servicios de seguridad que lejos de proteger a los mapuches los reprimen. Estos actos criminales que se comenten con total impunidad deben ser no solo condenados políticamente sino investigados con minuciosidad porque viola numerosos tratados y convenios internacionales, incluyendo los términos enunciados en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

También es importante enfatizar que el racismo institucionalizado sobre los mapuches, que se expresa en el trato cotidiano y todo lo que ello conlleva de medidas injustas, se ven donde quiera que se mire. Las decisiones penales sobre los presos políticos mapuches es un ejemplo claro. Como se sabe muchos integrantes de las fuerzas de seguridad han sido condenados por utilizar pruebas fraudulentas, hechos, por ejemplo, que fueron públicamente probados durante las investigaciones del caso ´Operación Huracán´ utilizada para tramar montajes, perseguir e incriminar a dirigentes mapuche. Nos congratulamos que se lleven a cabo estas investigaciones pero sabemos que esto solo es la punta del iceberg, pues la mayoría de los atropellos sobre los derechos fundamentales mapuches no se investigan.

Es absolutamente insólito que a los presos mapuches -muchos de los cuales llevan 51 días en huelga de hambre- no se le conmutara su pena por la de arresto domiciliario, como sucediera con muchos presos chilenos, cuando la opinión nacional e internacional sabe que fueron injustamente condenados a través de montajes policiales y judiciales dentro de los parámetros de un estado de derecho desprestigiado, injusto y racista, además de falto de garantías de un tribunal independiente.

El trato vejatorio contra el pueblo mapuche es tal que hoy hasta un porcentaje sustancial del pueblo chileno, muchos de los cuales llevan en sus venas sangre de nuestro heroico pueblo, se expresó con ira durante el estallido social inmediatamente después de las movilizaciones mapuches del 12 de octubre pasado. Portando pancartas y banderas mapuche, los monumentos de personajes que simbolizan la opresión y el colonialismo rodaron por el suelo.

Hoy ya es tiempo de que los nombres originales de los lugares bautizados con nombres de los colonizadores sean restituidos a sus nombres originales. Estoy seguro de que los mapuches no se oponen a que los chilenos veneren a sus héroes, pero por favor que lo hagan en el territorio legítimamente heredado de España, no en el territorio ocupado.

Así como hoy ya se ve un fuerte impulso en el rescate de los nombres propios y en deletrear correctamente los apellidos ancestrales, es imprescindible la recuperación, promoción y revitalización del mapuzugun que pasa necesariamente por su utilización en todas las áreas de la vida cotidiana, incluyendo su uso en todas los ámbitos institucionales comunicacionales del estado en el territorio ocupado, de esta forma asegurará su transmisión intergeneracional, garantizando así su desarrollo y prolongación en el tiempo. Todos estos elementos forman parte de nuestro patrimonio cultural, la reafirmación de nuestra identidad y la reconstitución de nuestro estado nacional.

Dentro del marco de nuestros derechos conquistados a lo largo de nuestra historia se hace necesario poner en práctica la autonomía y libre determinación que se nos fuera arrebatada después de la anexión ilegal de nuestro territorio durante la Pacificación de la Araucanía y Campañas del Desierto.  En estos momentos de cambios que vemos en el mundo se hace necesario la unidad de acción de los lof, más allá de toda consideración.

En 1860, en los momentos en que se fundó el Reino de Araucanía y Patagonia, el Pueblo Mapuche mantenía su parlamento (koyang) que agrupaba a sus 4 identidades territoriales, el Rey Aurelio-Antonio trabajó incansablemente junto a los grandes Lonko(s) en la consolidación de la independencia y en su reconocimiento internacional. Hoy humildemente os insto a revivir este legado fortaleciendo ese espíritu de unidad que caracterizó a nuestros ancestros, para asegurar la efectividad de nuestra lucha por la reconquista de nuestros derechos, hoy conculcados.


K’me amupe Wiñoy Xipantu kompuche!


Federico I

Príncipe de Araucanía y Patagonia