LIENTUR, UN TOQUI DESCONOCIDO

Por  Arturo Flores Pinochet – 30 de diciembre, 2020

Entre los prisioneros españoles, se encontraba Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, el autor del “Cautiverio Feliz,” 1673

La figura de Lautaro se yergue inmensa entre sus hermanos de raza, ocultando, a veces, a diversos toquis o jefes araucanos (o mapuche) que colaboraron asiduamente en la lucha contra los españoles y en su cruzada por expulsarlos de sus tierras.

No en vano en esta guerra sin cuartel transcurrieron “más de tres siglos”, obligando al orgulloso ejército español a retirarse frente a los habitantes de la tierra sureña.

Alonso de Ercilla, en su Araucana, ha dejado claro la admiración por un pueblo que luchó tenaz y valientemente contra fuerzas superiores en armamento. Ellos disponían de la flecha, la lanza, la maza o macana, el laque, boleadora y la honda. O como dice Alonso de Ercilla y Zúñiga:

Las armas dellos más ejercitadas
son picas, alabardas y lanzones,
con otras puntas largas enhastadas
de la fación y forma de punzones;
hachas, martillos, mazas barreadas,
dardos, sargentas, flechas y bastones,
lazos de fuertes mimbres y bejucos,
tiros arrojadizos y trabucos”.

Desconocían las armas de fuego y las construidas a través del metal. Después, cogiendo como botín las armas españolas, las usaron en su contra junto con la utilización del caballo. Su estrategia y táctica militar era simple, la cual se perfeccionó con el conocimiento de las actividades españolas. Sin embargo, se habla de la admirable guerra de guerrillas impuesta por Lautaro, estratagema que, según dicen, es de su propiedad.

UN TOQUI DESCONOCIDO

Lientur fue uno de los bravos toquis que luchó encarnizadamente liderando a su pueblo y provocando varias derrotas a los ibéricos.

No se le conoce mucho, aunque varias ciudades chilenas, especialmente del sur, poseen calles con su nombre. Vivía en una reservación impuesta por los invasores. Incluso esto lo tildaban de “indio amigo”. Sin embargo, cansado de las humillaciones, que sus mujeres fueran forzadas y del trato brutal recibido, decidió huir con su gente a los contrafuertes cordilleranos. Desde allí comenzó una escalada de “malones” que hizo temblar al invasor. Los campos, frente al peligro, fueron abandonados y los conquistadores debieron pedir ayuda al gobierno central.

Pero no hubo caso. Lientur se las ingenió para atacarlos, burlarlos y hacerles morder el polvo de la derrota.

PRINCIPALES BATALLAS

Su principal victoria es la batalla de Las Cangrejeras:

“El jefe español Fernández Rebolledo, aburrido de un mes continuo de ser burlado, había perdido la paciencia y se había resuelto librar batalla donde lo encontrara. Los ejércitos se avistaron el 15 de mayo de 1629 en medio de un severo temporal de viento y lluvia. Lientur, comprendiendo la ventaja táctica de que las cuerdas de los arcabuces no encenderían bajo la lluvia, abandonó la posición que había escogido y atacó a los españoles (que estaban a media formación) en una maniobra de pinzas perfecta, con la infantería al medio y la caballería en los flancos. Fue un combate feroz exclusivamente con armas blancas que duró media hora. La infantería española, rodeada por todos lados quedó destruía en pocos momentos. Setenta españoles quedaron muertos en el campo de batalla, y los mapuches se llevaron prisioneros a los 36 restantes.(Wikipedia)”.

Pero antes de esta batalla había propinado fuertes reveses a los invasores.

Dejemos en manos de Wikipedia la relación de los hechos:

La Imperial
Con el tiempo Lientur se transformó en un renombrado caudillo. A fines de 1627 penetró hasta La Imperial una columna de 300 españoles y 400 “indios auxiliares” mandados por el sargento mayor Juan Fernández de Rebolledo. Esta división obtuvo notables éxitos iniciales, rescatando a varios españoles cautivos, apresando a numerosos indígenas, destruyendo ranchos y sembrados. Pero una noche un numeroso ejército capitaneado por Lientur puso en fuga a los hombres de Fernández, matando a 28 españoles”.

Nacimiento
En la madrugada del 6 de febrero de 1628, Lientur y sus tropas atacaron el fuerte de Nacimiento. El capitán Pablo de Junco, al mando de cuarenta soldados españoles, debió abandonar la fortaleza y parapetarse en un cubo, mientras Nacimiento era incendiado. La resistencia de los defensores era desesperada, pero el auxilio inesperado del gobernador, Luis Fernández de Córdoba y Arce, que se hallaba a poca distancia, salvó a De Junco de una derrota inevitable. Lientur debió entonces abandonar la acción, llevándose consigo dos pequeños cañones de bronce, todas las armas, ropas y demás cosas que pudieron rescatar del incendio. Los mapuches perdieron cerca de 200 guerreros, víctimas de los arcabuces y mosquetes de los defensores parapetados”.

Concluyó su azarosa vida militar reuniéndose con los españoles y pactando un acuerdo de paz, que fue muy común en aquellos tiempos, aunque rápidamente sobrepasados, continuando la confrontación por largos tres siglos.

CONCLUSIÓN
Los habitantes, los orgullosos habitantes de esas tierras, “tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida, ni a extranjero dominio sometida”, provocaron al orgulloso ejercito ibérico una derrota absoluta, inimaginable en los medios militares de Europa: “La guerra de Arauco me ha costado la flor de mis guzmanes y más dinero y hombres que la de Flandes” dijo Felipe II – Emperador de España.

La corona española estimaba en más de 50 mil los españoles fallecidos por causa directa de la guerra de Arauco solo entre los años 1550 y 1790.

Lientur, como otros loncos o lonkos, caciques y toquis, tuvieron su pedestal de gloria en aquella emancipación indígena.

Hoy le rendimos tributo.

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Fuente: Crónica histórica de Arturo Flores Pinochet