Historias de Quellón
Chadmo, 1941: El Grito de la Tierra que se Negó a ser silenciada

Querida comunidad de “Historias de Quellón”,
Hoy nos adentramos en uno de los capítulos más profundos y conmovedores de nuestra historia local. Una crónica de resistencia, de amor al territorio y de una dignidad que se negó a ser silenciada. Hablaremos de la Comunidad Mapuche Huilliche Huequetrumao de Chadmo y su larga lucha por la tierra ancestral.
Para entender el presente, debemos viajar en el tiempo. Todo comienza el 10 de octubre de 1823, cuando, en nombre de la Corona Española, se otorga el reconocimiento oficial del “Potrero de los Raines” a la familia encabezada por Domingo Raín y sus descendientes. Un pacto sellado con un pago realizado en la Real Caja de San Carlos, un acto que consolidaba un derecho ancestral, que ahora se veía sustentado en lo legal.
Tras la anexión de Chiloé, el Estado de Chile se comprometió formalmente en el Tratado de Tantauco de 1826 a respetar las propiedades de sus habitantes, un pacto que incluía las tierras ancestrales huilliches pero que el propio Estado traicionaría sistemáticamente. Pese a que la “Ley Freire” buscó regularizar estos dominios, la política estatal viró agresivamente hacia fines del siglo XIX para inscribir masivamente territorios como fiscales. En este adverso escenario, la inscripción de derechos que la familia Raín realizó el 6 de octubre de 1886 (inscrita en 1887) sobre el potrero Guequetrumao no fue un simple trámite, sino un acto defensivo desesperado, utilizando las herramientas legales del Estado para protegerse de la creciente voracidad del mismo Fisco.
Esta acción legal, sin embargo, no detuvo el despojo orquestado por el Estado. El 9 de mayo de 1900, el Fisco chileno asestó un golpe directo al inscribir una parte crucial del territorio como propiedad estatal. A pesar de la valiente y exitosa oposición en tribunales de los hermanos Juan Pedro y Víctor Raín, quienes demostraron su legítima pertenencia, el Estado chileno facilitó un engranaje de transferencias que culminó en la creación del “fundo Chadmo”. La responsabilidad estatal se consumó en la década de 1930, cuando la Caja de Colonización Agraria —una entidad del propio Estado— compró el fundo, convirtiendo a las familias huilliches en ocupantes precarios de su propia tierra y exigiéndoles el pago de contribuciones. Así, el Estado completó el ciclo: de protector en el papel a usurpador en la práctica.
La tensión llegó a su punto de quiebre en la década de 1930. Las comunidades, sintiendo la soga de los embargos al cuello por impuestos que no podían ni entendían cómo pagar, comenzaron a organizarse. En 1935, nace el Consejo Mapuche-Huilliche en Guequetrumao, y en 1939, líderes como José Antonio Huenteo Raín viajan para pedir justicia al propio Presidente Pedro Aguirre Cerda.
Este largo camino de injusticia nos lleva al **18 de octubre de 1941**. Ese día, una comitiva estatal y policial llegó a Chadmo para embargar los animales y enseres de los comuneros. La paciencia, agotada tras décadas de lucha, se rompió. Cerca de 80 comuneros y comuneras, liderados por el Apo Ülmen José Antonio Guenteo Rain, se levantaron no con armas de fuego, sino con la fuerza de su razón y las herramientas de su trabajo. Se enfrentaron a la comitiva y retuvieron a dos carabineros, no como un acto de agresión, sino como un grito desesperado por defender su forma de vida.
La respuesta del Estado fue brutal. Se desató una cacería humana por los montes, culminando con la detención de casi 40 comuneros que fueron llevados a la cárcel de Castro. Como castigo, se instaló un retén en la zona y se prohibieron sus ceremonias ancestrales como el We Tripantu. La rebelión de Chadmo fue, quizás, el mayor acto de resistencia social de nuestro territorio en el siglo XX, y su historia es la base de muchas de las luchas por la identidad y la tierra que vemos hasta hoy.
**Construyamos Juntos Esta Memoria**
Esta historia no está completa. Vive en los relatos que aún se susurran en nuestras comunidades. Por eso, abro este espacio para que juntos reconstruyamos este capítulo fundamental:
* ¿Conocían la historia de la comunidad Huequetrumao y su lucha desde 1823?
* ¿Qué les contaron sus padres o abuelos sobre el levantamiento de Chadmo en 1941?
* ¿Reconocen en sus familias apellidos como Raín, Huenteo, Millatureo u otros ligados a esta historia?
* ¿Cómo creen que este acto de valentía resuena en el Chiloé de hoy?
Cada recuerdo que compartan es un tesoro que rescatamos del olvido. Honremos a quienes se levantaron para que la memoria de la tierra nunca se apague.
Referencia: Molina, Raul y Correa, Martin (1996). Territorios Huilliches de Chiloé.
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Foto: Historias de Quellón