Extracto Informe Programa de Derechos Indígenas
IEI UFRO
4. 3. Discriminación
espacial y ambiental
La discriminación en contra de los
mapuche también alcanza al plano espacial y ambiental. Es
un hecho conocido que en el pasado este pueblo fue desplazado por
el estado de sus mejores tierras para permitir la colonización
con personas extranjeras y nacionales. La misma segregación
espacial se manifiesta en la actualidad con los vertederos que en
años pasados han sido instalados en tierras mapuche o en
sus inmediaciones, con graves impactos ambientales, culturales y
sociales para quienes habitan en ellas.
De los 28 vertederos que existen en la región
de La Araucanía, el 70% se ubica en tierras mapuche. 312
de estos vertederos, en que se depositan mensualmente unas 11.000
toneladas de basura, 15 han cumplido ya su vida útil expirando
el año de cierre; 9 se encuentran sin la autorización
sanitaria que emite el servicio de salud (la mayoría de ellos
han obtenido sus autorizaciones a principios y mediados de los año
noventa); y 25 se encuentran sin resolución de calificación
ambiental (RCA) que emite la Comisión Nacional del Medio
Ambiente (CONAMA) (Seguel, 2003)
*Problemas provocados por los vertederos
en comunidades mapuche de La Araucanía
Múltiples son los impactos que han
provocado los vertederos en las comunidades mapuche en cuyo interior
o inmediaciones se emplazan. Entre ellos cabe mencionar: transformaciones
sociales y daños culturales, empobrecimiento, riesgo latente
para la salud de la población, alteración de los valores
paisajísticos, disminución del valor patrimonial y
contaminación de los recursos naturales.
Un gran porcentaje de basurales se ubican
próximos a aguas superficiales, siendo en algunos casos notoria
la contaminación de cauces utilizados para suministrar agua
a los animales o destinados a regadío para sembrados. Algunos
ejemplos son el de Ancúe, vertedero Gorbea, cuyo recinto
se ubica a 50 metros del río. Al interior de Boyeco, vertedero
de Temuco, nace el estero Tromen. Cercano a este vertedero se encuentra
el estero Cuzaco Pelahuén. Ambos esteros son utilizados por
un amplio sector poblacional.
Otro caso es el del basural de Pitrufquén,
que se ubica a 50 metros de un canal de regadío de 17 km.
de longitud, llamado Faja Maisan.
Otro ejemplo es el basural de Loncoche, ubicado
en el sector de Penchucón, que colinda en declive con una
quebrada por la que fluye un manantial del que varias familias mapuche
consumen agua. El basural de Vilcún también yace junto
a un estero que suministra agua a los predios agrícolas y
ganaderos colindantes. En De estos, 11 estarían directamente
instalados al interior de comunidades mapuche. Son los casos de
las siguientes comunas (incluyen en paréntesis su vida útil
según servicio de salud): Ercilla (2001), Galvarino (2003),
Gorbea (2003), Loncoche (2003), Puerto Saavedra (2003), Pitrufquén
(2001), Pucón (2004), Teodoro Schmidt (2005), Purén
(2007), Perquenco (2020), Temuco (2025). Del mismo modo, son 5 los
que se encuentran a menos de un kilómetro de comunidades
mapuche: Nueva Imperial (2000), Lautaro (2002), Vilcún (2002),
Los Sauces (2007), Villarrica (2028); y a más de un kilómetro
estarían: Angol, Collipulli, Lumaco, Melipeuco, Cunco, Freire,
Carahue, Toltén, Curarrehue, Curacautín, Victoria,
Lonquimay (Konapeuman, 2002).
Lautaro, en temporadas de lluvia, se ha denunciado
que el basural ha colapsado por el agua, inundando predios agrícolas
y ganaderos colindantes. En Villarrica (Putue), el basural antiguo
se ubica a unos 600 mts. del río Toltén, en tanto
que el nuevo basural se ubica junto a un estero. En Perquenco, el
basural se ubica a unos 900 mts. en línea recta de la piscina
natural que es municipal y que presenta en temporada veraniega una
alta asistencia de público que se baña en sus aguas.
La gran mayoría de las familias mapuche
que convive con los basurales utiliza agua de pozo para su consumo
y, en algunos casos más extremos, aguas superficiales que
yacen junto a estos recintos. Las consecuencias al respecto son
absolutamente insospechadas ante el peligro de contaminación
de las napas, esteros, ríos o manantiales.
Otro grave problema de contaminación
de los recursos naturales y riesgo a la población está
constituido por la existencia de microbasurales ilegales. Es nuevamente
el caso de Boyeco, donde particulares de Temuco depositan basura
en caminos e hijuelas fuera de los horarios de depósito del
recinto, convirtiendo a la comunidad en depósito de desechos
de todo tipo. Por otra parte, catastrófica es la situación
que enfrenta el Pelahuenco, comunidad Curihuentro, a causa del funcionamiento
del basural de Galvarino. Si bien dicho recinto se encuentra oficialmente
cerrado desde el año 2002 a causa de un litigio de propiedad
con una familia mapuche, el camino público se ha convertido
en un basural clandestino donde transitan obligadamente día
a día numerosos niños, adultos y ancianos.
La quema irracional de basuras al interior
de los recintos es otra práctica común que genera
malos olores y contamina el aire de las comunidades mapuche colindantes
a los vertederos.
Frente a esta situación, las comunidades
mapuche se han movilizado exigiendo, sin éxito hasta ahora,
la erradicación de los vertederos de sus tierras.
En el año 2001, comunidades de Boyeco
(Temuco), Quilaco (Purén), y Ancúe (Gorbea), iniciaron
diversas gestiones y acciones a fin de exigir a las autoridades
la erradicación de basurales. Ese mismo año ocurrió
la muerte del niño Aquiles Epul del sector Boyeco. El informe
médico determinó que había sido producto de
la bacteria asesina. Los familiares y dirigentes relacionaron
esta enfermedad con la existencia del basural y el inminente riesgo
de contagio, por lo que se presentó posteriormente un recurso
de protección en la corte de apelaciones de Temuco para dar
protección a las familias y erradicar el basural.
El recurso sin embargo, no fue acogido. El
mismo año se inició un proceso de reuniones a través
de la constitución de una mesa con diferentes actores públicos
(Servicio de Salud, gobierno regional, CONADI, asociación
de municipalidades, municipios, CONAMA, Serplac y las propias comunidades).
Sin embargo, con posterioridad a una serie de encuentros y salidas
a terreno en conjunto, el gobierno regional a través de la
COREMA (Comisión Regional del Medio Ambiente), presidido
por la Intendente de la época (Berta Belmar), aprobó
un día antes de su salida de dicho cargo el estudio de impacto
ambiental (E.I.A) para la ampliación hasta el 2005 del plazo
de funcionamiento del basural Boyeco de la comuna de Temuco (Konapewman,
2002).
En noviembre de 2002, la comunidad de Boyeco
presentó nuevamente acciones legales ante los tribunales
demandando a la empresa a su cargo y a la Municipalidad de Temuco,
sin que éstas encontraran acogida.
Dada la frustración provocada por
la escasa receptividad que las denuncias de las comunidades afectadas
por los vertederos han tenido en las autoridades y las instancias
judiciales nacionales, en julio de 2003 la coordinación de
comunidades por la erradicación de basurales presentó
una denuncia ante el Relator de Naciones Unidas para los Derechos
Indígenas, Rodolfo Stavenhagen.
No obstante las denuncias efectuadas
por las comunidades afectadas y entidades de apoyo, el problema
generado por los vertederos no encuentra a la fecha una solución
de fondo. Se trata, de acuerdo a la perspectiva del Programa
de Derechos Indígenas, de una nueva forma de discriminación
de carácter espacial, que convierte a las comunidades mapuche
en un espacio para el depósito de desperdicios de una sociedad
que, paradojalmente, no les reconoce un espacio político-jurídico
y cultural en su interior.
www.derechosindigenas.cl
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Enviado: foyenewen@hotmail.com
Fecha: 03/03/2004
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