Al V Congreso de Ad Mapu

Abril 1987

Respondiendo a la invitación de la Dirección Nacional de Ad Mapu con ocasión del V Congreso de la Organización, entregamos aquí un punto de vista sobre una de las reivindicaciones de nuestro pueblo Mapuche: la AUTONOMIA.

Esperamos que la discusión avance en la profundización de este principio fundamental y que su importancia sea mas claramente subrayada, porque pone de relieve la dimensión étnico-cultural de nuestras reivindicaciones y de nuestra lucha y porque tiene una implicación política nacional.

En el terreno político la AUTONOMIA constituye un desafío de gran importancia, porque:

1. la organización mapuche debe ir precisando cada vez mejor la proyección, el contenido y la implementación de la Autonomía en el cuadro del Estado chileno;

2. los Partidos, los Sindicatos, todas las organizaciones representativas de los trabajadores chilenos deberían reconocer la especificidad de nuestras reivindicaciones, las que deben expresarse en la acción autónoma de nuestra organización. Reconocer este principio significa que los mapuches no constituyen simplemente una fuerza de apoyo electoral, ni simples participantes de “frentes de masa”. Y que la problemática indígena y su solución no se circunscribe exclusivamente a la “cuestión agraria”;

3. el ejercicio de la Autonomía sólo será posible en el cuadro de un Estado que no preconice el centralismo y la “unidad nacional” decidida unilateralmente, sino dentro de un Estado que acepte la diversidad étnica y cultural del pueblo chileno y que garantice la participación creadora de todos en una sociedad verdaderamente democrática.

El Pueblo Mapuche debe responder a este desafío con la contribución activa y responsable de sus organizaciones de base y en la solidaridad con las expresiones orgánicas populares y democráticas del pueblo chileno.

La Autonomía no significa el aislacionismo, ni encerrarse en lo que se ha llamado “indianismo”. La participación de nuestro pueblo en las luchas sociales de este siglo evidencia su espíritu solidario y su decisión de conquistar una sociedad más justa y fraterna. Así como sus luchas, a través de la historia, contra las arbitrariedades del poder: colonial primero, oligárquico en el siglo pasado, dictatorial hoy, muestran su apego inalterable a la libertad.

Para que la Autonomía que postulamos no sea letra muerta, pensamos que: ideológicamente debe garantizarse el pluralismo y avanzar en el camino de un espacio político propio; en el terreno de la acción debe asegurarse los canales de una participación que permita el funcionamiento democrático de la organización, por ejemplo alentando una red de organizaciones de base con mayor capacidad de iniciativas y de acciones concretas.

Es esta una de las grandes responsabilidades que la dirigencia tiene frente a nuestro pueblo.

Movimientos indígenas de otros países de nuestro continente han dado ya pasos importantes. En México y Ecuador por ej. ya no es una “herejía” hablar de Estado pluriétnico. En Nicaragua, el gobierno Sandinista somete a discusión un proyecto que reconoce la Autonomía de los indígenas de la Costa Atlántica: derecho a hablar su lengua, desarrollar su cultura, elegir un gobierno regional, etc.

¿Lograremos los mapuches avanzar en ese terreno en el seno de una sociedad democrática? Desde luego, no basta con que lo reivindiquemos en el papel, ni tampoco esperar el advenimiento de la democracia para hacerlo.

¡La tarea es urgente! La responsabilidad es de todos.

Amuleayñ!

Comité Exterior Mapuche
Francia, Bélgica, Inglaterra, Rep. Democrática Alemana.

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